Y entonces retorné a Buenos Aires, y me imaginé que había estado atrapado en una capsula donde el tiempo no pasaba por cinco semanas. Soñe que llegaba al aeropuerto y me esperaba mi papa entre lagrimas, y me abrazaba... pero yo no era tan amistoso con el. Soñé que llegaba a casa y Lydia me había preparado brownies y frutillas con crema, mis postres favoritos.
Y no fue un sueño... fue verdad!!!
Y fue verdad tambien que trabajé el dia que llegué, y fue verdad que el amor no estuvo estacionado, y fue verdad que sufrimos... y es verdad que no sabemos que va a pasar. Y es verdad que me siento solo. Pero por fin esa soledad sin angustias. Al fin esa soledad "centrada" porque ese es el mejor sintoma de los viajes.
1 Comments:
La pucha...
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